Cuando la gente piensa en «grasa», a menudo nos centramos en las grasas debajo de nuestra piel. Estas grasas son nuestras «grasas subcutáneas». Esta es la grasa que podemos sentir cuando nos pellizcamos el vientre, los brazos o los muslos. Esta es también la grasa que succionamos durante la liposucción.

Lo que no todos conocen son las grasas que rodean algunos de nuestros órganos principales como el hígado, el páncreas, los intestinos y los riñones. Estas grasas son lo que llamamos GRASAS VISCERALES. A diferencia de las grasas subcutáneas, estas grasas no se pueden sentir y ver fácilmente. Se encuentra dentro de las cavidades abdominales. La cantidad excesiva de grasa visceral interrumpe la comunicación hormonal entre los órganos causando problemas de salud.

Las grasas viscerales a menudo se denominan «grasas activas», ya que pueden aumentar activamente el riesgo de múltiples problemas de salud como:

    • Enfermedad cardíaca
    • Golpe
    • Diabetes
    • Demencia
    • Problemas del estado de ánimo – Demencia

Conociendo los riesgos de tener exceso de grasa visceral, es posible que se pregunte cómo prevenir o disminuir la acumulación de grasas profundas.

Así es como:

Haga ejercicio regularmente

Un estudio muestra que el entrenamiento de resistencia de alta intensidad es el entrenamiento efectivo para reducir la grasa visceral. Hacer ejercicio en general es útil para nosotros de cualquier manera, así que haga lo que sea mejor para usted y le ayude a ser consistente. Asegúrese de incorporar el entrenamiento de ráfaga y el entrenamiento HIIT en su rutina.

Reducir la ingesta de azúcar y carbohidratos refinados

Minimizar la ingesta de alimentos que contienen azúcar y carbohidratos refinados ayuda a reequilibrar la hormona «insulina» de forma natural y reducir la grasa.

Reducir el estrés

Equilibrar el trabajo, el placer y la socialización es importante en la pérdida de peso. En su mayoría, este factor a menudo se pasa por alto. El estrés puede interferir con el apetito, el sueño y el estado de ánimo.

El estrés es inevitable, pero debemos encontrar nuestra propia manera de superarlo. Métodos como leer un libro, caminar, meditar, bailar o simplemente dormir bien es beneficioso.